Este año, desde la Cambra, nos hemos propuesto recuperar la ilusión

De pequeños, todos sabíamos lo que queríamos.
Un tren eléctrico, un castillo, una muñeca que hablaba.
Bastaba con escribir una carta y esperar.
Porque creíamos que había alguien al otro lado capaz de hacerlo posible.
Después crecimos.
Aprendimos que los trenes se retrasan,
que las casas cuestan más de lo que pensábamos,
y que a las muñecas no las dejamos hablar lo suficiente y hay que empoderarlas.
Aprendimos a dejar de pedir.
A dejar de creer.
A dejar de soñar.

Pero… y si todavía hubiera alguien al otro lado?
Alguien que puede ayudarte a hacer crecer tu negocio, tu idea, tu barrio, tu ciudad o, incluso, tu país?
Alguien que trabaja silenciosamente para que las cosas funcionen mejor para todos?
Una institución que no hace milagros, pero intenta convencer a la Administración de que juntos podemos construir el país que queremos.
Nosotros seguimos creyendo.
Creemos en una economía con alma.
En un futuro compartido.
En el poder de quienes no se resignan.
Por eso esta Navidad queremos que vuelvas a escribir tu carta.
Cuéntanos qué sueñas para tu empresa, para tu proyecto, para tu ciudad.
Dinos en qué podemos ayudarte.
Porque si hay algo que no cambia con los años es la ilusión de hacer que las cosas sucedan.